Diciembre es uno de los meses menos lluviosos del año. Las precipitaciones dependen fundamentalmente de los frentes fríos que llegan al país, caracterizándose las mismas por su corta duración y poca intensidad. La mayor afectación de los frentes fríos en relación con el mes anterior influye en el establecimiento definitivo del período invernal. El contenido de humedad es inferior al de noviembre, con valores de tensión de vapor de 16.7 mm y humedad relativa de 78 %. Como promedio, se reportan totales de precipitación de 60.4 mm y una frecuencia de 7 días con lluvia.
Noviembre puede considerarse como un mes de transición entre las condiciones de verano a las de invierno, coincidiendo a su vez con el comienzo del período poco lluvioso, que se extiende hasta abril. Durante este mes disminuyen notablemente las tormentas eléctricas típicas del verano y suelen presentarse los frentes fríos que con un promedio de 3, cruzan el territorio. Se produce una disminución del contenido de humedad, la tensión de vapor es de 18.7 mm y la humedad relativa es de 79 %. La presión atmosférica media es de 1 015.3 hPa.
Octubre es el último mes del período lluvioso y del verano, así como el de mayor importancia en cuanto a la ocurrencia de organismos ciclónicos tropicales. Es uno de los meses más lluviosos del año: como promedio se reportan totales de precipitación de 173.6 mm y una frecuencia de 13 días con lluvia. Es un mes con alto contenido de humedad (tensión de vapor de 20.1 mm) y humedad relativa alta (81 %). La presión atmosférica media es de 1 014.5 hPa.
Septiembre es uno de los meses más lluviosos en Cuba. La influencia del anticiclón del Atlántico disminuye considerablemente con respecto a julio y agosto, lo que, unido al paso frecuente de las ondas y las bajas tropicales, propicia el incremento de las precipitaciones. Septiembre es también el mes de mayor frecuencia de formación de ciclones tropicales en nuestra región, por lo que se incrementa la actividad ciclónica sobre Cuba de forma notable con respecto a agosto, aunque la frecuencia de los huracanes que la afectan en dicho mes es algo inferior a octubre. Asociados a la influencia directa o indirecta de los ciclones tropicales, en septiembre suelen ocurrir eventos de grandes precipitaciones. De forma habitual, en septiembre se mantienen las condiciones de intenso calor propias del verano en Cuba, aunque la temperatura desciende ligeramente con respecto a agosto.
Agosto es el segundo mes del período intraestival y, por tanto, uno de los dos meses que menos precipitación aportan al período lluvioso en Cuba, comprendido entre mayo y octubre. Durante este mes se mantiene la notable influencia del Anticiclón del Atlántico sobre Cuba, lo que condiciona que las precipitaciones sean relativamente escasas. No obstante, ocurren chubascos y tormentas eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, asociadas al paso de sistemas migratorios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales y al calentamiento diurno.
Es también un mes en que comienza a incrementarse la actividad ciclónica sobre Cuba, aunque la frecuencia de los huracanes que la afectan en dicho mes es sólo la mitad que la correspondiente a septiembre. Normalmente, en agosto la temperatura media se incrementa con respecto a junio y julio, y es frecuentemente un mes muy caluroso, el más caluroso del año.
Julio es el mes que menos precipitación aporta al período lluvioso en Cuba. Durante este mes, característico del verano en el hemisferio norte, se produce un notable incremento de la intensidad del Anticiclón del Atlántico y de su influencia sobre Cuba, lo que produce una disminución considerable de las precipitaciones con respecto al mes que le precede. No obstante, ocurren chubascos y tormentas eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, asociadas al calentamiento diurno y al paso de sistemas migratorios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales.
Normalmente, en julio la temperatura media se incrementa con respecto a junio, y es frecuentemente un mes muy caluroso, uno de los dos meses más calurosos del año en Cuba. En los últimos diez años se ha comportado más cálido que lo normal con mucha frecuencia, como han sido los casos de 1997, 1998, 2000, 2001, 2002, 2003 y 2005.
Junio es como promedio el mes más lluvioso del año en Cuba. Una parte considerable de los acumulados de precipitación se produce asociada a eventos lluviosos de varios días de duración, los que ocurren principalmente en las primeras dos decenas del mes. Las precipitaciones dependen de la influencia de los sistemas migratorios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales, y de su importante interacción con sistemas de latitudes medias.
También se produce en junio el comienzo del período de gran actividad de las tormentas eléctricas, el que no comienza simultáneamente en todas las regiones y se manifiesta por un gradual incremento de la ocurrencia de tormentas eléctricas, fundamentalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, en asociación con el calentamiento diurno. La afectación directa de los ciclones tropicales es poco frecuente, pero cuando ocurre suele producir grandes precipitaciones. Normalmente, en junio la temperatura media se incrementa con respecto a mayo, y es en ocasiones un mes muy caluroso.
En el mes de mayo comienza el período lluvioso en Cuba, aunque no se produce de forma simultánea en todo el país, el que se extiende hasta el mes de octubre y se acumula aproximadamente el 80% del total anual. En consecuencia, es habitual que los totales de lluvia se incrementen de forma notable desde mayo, siendo incluso abundantes en ocasiones.
El comienzo del período de gran actividad de las tormentas eléctricas se inicia en junio, aunque en algunas ocasiones se inicia en mayo, este período no comienza simultáneamente en todas las regiones y se manifiesta por un gradual incremento de la ocurrencia de tormentas eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, en asociación con el calentamiento diurno.
En abril finaliza el período poco lluvioso en nuestro país, dando paso al lluvioso que comienza en mayo y se extiende de hasta el mes de octubre. Las altas presiones continentales comienzan a debilitarse gradualmente y en ocasiones se presentan algunos frentes fríos débiles, o llegan en estado de disipación con pocas lluvias asociadas. Otro aspecto de interés lo constituyen los sures, que son vientos húmedos y cálidos que persisten durante varios días. Este mes presenta temperaturas elevadas, con oscilación térmica muy variable y anomalías en el régimen de vientos que pueden llegar a ser fuertes.
Marzo es el quinto mes del período poco lluvioso en Cuba. Los totales de lluvia que como promedio se registran son similares a los de febrero. Las precipitaciones dependen fundamentalmente de los sistemas frontales que afectan al país, los que poseen una frecuencia de afectación ligeramente inferior que la del mes que le antecede. Suelen ocurrir vientos de región sur, fuertes en ocasiones, los que constituyen uno de los eventos más importantes de dicho mes. Normalmente, en marzo la temperatura media se incrementa con respecto a los dos meses anteriores, pero es todavía un mes fresco o ligeramente frío.
En febrero normalmente se manifiestan las características propias de la temporada invernal. Persiste la influencia de altas presiones continentales, con el consiguiente registro de temperaturas mínimas notables. El contenido de humedad se mantiene bajo, con una tensión de vapor de 15.7 mm y una humedad relativa de 75 %. El total de precipitación es de los menores en el año, como promedio se reportan 54.9 mm y una frecuencia de 6 días con lluvia.
Enero presenta condiciones típicas del invierno, con el predominio de altas presiones continentales sobre nuestra área geográfica. Es uno de los meses más fríos del año, por lo que es usual que se registren temperaturas mínimas notables. El contenido de humedad es el más bajo del año, y como promedio, se reportan totales de precipitación de 64.5 mm y una frecuencia de 6 días con lluvia.